Iniciamos el tercer día de caminata emprendiendo el ascenso hacia el conjunto arqueológico de Runkurakay el tramo se inicia con un camino tendido que pronto comienza a convertirse en una empinada escalera de piedra que asciende de forma sinuosa hacia el abra de Runkurakay en el breve descanso a media subida volteamos la mirada para ver el puesto de control de Paqaymayu alto donde resaltan las áreas de campamento y las cristalinas aguas que bajan del nevado Soqtacochayoc. El camino de ascenso tiene calzada original de piedra que data de la época inca y resulta increíble que a pesar del paso de los siglos la presión de los visitantes y las inclemencias climáticas esta construcción pre hispánico se mantenga en iguales condiciones. Luego de ascender todo el trayecto llegamos al conjunto arqueológico de Runkurakay ubicada en la parte media de una montaña con forma semicircular conformada por dos recintos que se complementan y un espacio central de similar forma con ventanas de tamaño mediano, un recinto religioso cuyas ventanas están orientadas hacia la montaña de Warmiwañuska y por la forma semicircular que presenta se considera que está dedicado a la mama Killa.
Continuando el ascenso llegamos a una pequeña lagunilla que está a pocos metros de la sima, una fuente donde los venados, zorros y otros animales propios de la zona beben agua, el impresionante paisaje que lo rodea generan espectaculares imágenes que embellecen aún más el contexto, el ascenso termina en el abra de Runkurakay donde hallamos puntos de descanso ya que luego de superar la dura pendiente es oportuno un reparador descanso. Luego de apreciar el paisaje emprendemos la bajada hacia Sayaqmarka por el mismo camino empedrado que transitaron los incas en este peregrinaje de purificación hacia Machupicchu. El camino tiene emotivos momentos, como cuando se atraviesa un pequeño túnel labrado en una enorme roca que serraba el camino trazado. A lo largo del camino es frecuente ver espacios amplios que funcionan como miradores, en este caso el mirador nos permite apreciar el camino de bajada y otra pequeña lagunilla de aguas oscuras mientras que a la distancia ya se aprecia parte del conjunto arqueológico de Sayaqmarka donde el viajero encontrara una gradería que tiene posición casi vertical con aproximadamente 97 escalinatas de piedra; sorprende la perfección de esta construcción por el tamaño de las piezas líticas y su adecuación a la topografía de la zona. En Sayaqmarka los visitantes pueden apreciar fuentes de agua de uso ceremonial domésticos recintos destinados a vivienda, callejuelas estrechas delimitadas por robustas paredes de piedra que se mantienen incólumes al paso del tiempo , portadas de doble jamba y una huaca sagrada donde se reconoce el perfil tallado de una figura humana con los brazos extendidos sobre un fondo negro. Como todos los monumentos arqueológicos que se ubican a lo largo del camino inca, este también estuvo destinado a rituales religiosos andinos.
Las construcciones pétreas del camino inca y el propio camino desatan una serie de interrogantes respecto a su construcción. ¿Cuánto tiempo tardaron los incas en construir todo este conjunto monumental? , ¿Que herramientas utilizaron?, ¿Cuantas personas trabajaron en esta maravillosa obra?, ¿Cómo se alimentaban?, ¿Donde dormían?, ¿Qué método de trabajo utilizaban?, ¿Qué rituales y ceremonia realizaban?, ¿Por qué tantos lugares sagrados?, ¿Era tan profunda su fe en sus deidades para justificar tan colosales obras? Las interrogantes son interminables para tratar de entender el extraordinario esfuerzo humano realizado por los incas para construir esta red vial en medio de la intrincada geografía de los andes peruanos.
Continuamos el camino rumbo al control de Chaquicocha y apenas emprendemos la marcha visualizamos el sitio arqueológico de Conchamarca ubicado en la parte inferior de Sayaqmarka a orillas de un riachuelo que baja de las alturas, constituido por 3 recintos ubicados encima de una plataforma con cinco andenes y destinado a las actividades religiosas en tiempos pre hispánicos, el camino de bajada está conformado por puentes de madera que cruzan los abundantes riachuelos. El paisaje va cambiando paulatinamente pues volvemos a encontrarnos con la abundante vegetación de las quebradas en el periplo hasta llegar a Chaquicocha lugar de campamento donde descansaremos y almorzaremos. Reanudando el recorrido nuestros pasos nos conducen hacia el conjunto arqueológico de Phuyupatamarka que por el momento se esconde tras los cerros con un manto denso de neblina, el camino inca en este tramo es impresionante pues los antiguos ingenieros incas adecuaron el trazo a la geografía existente así , a travesamos este tramo donde hay una curva construida sobre un afloramiento rocoso que no pudo impedir el genio de los constructores, avanzando en medio de quebradas y curvas llegamos a un formidable pasaje a modo de túnel cavado en la roca madre tanto el techo como el piso son de piedra y a pesar de la humedad interior aún se mantiene en uso. Algunos metros más abajo se aprecian cinco fuentes de aguas labradas en piedra que conduce el líquido vital de una a otra fuente en forma secuencial que fluye todo el año conformada por cinco torreones circulares en forma ascendente conectados por ascenso empedrado que se adecua en todas las construcciones de uso religioso y residencia de sacerdotes andinos.
De inmediato retomamos el camino inca y la vía no deja de sorprendernos pues en algunos tramos se encuentra trabajos increíbles como esta secuencia de 35 escalinatas labradas en roca viva seguida del empedrado exquisito que caracteriza a toda la calzada. La caminata también nos lleva a un túnel más pequeño que los anteriores, pero de la misma admirable factura que sorprende a los visitantes, algunos metros más abajo un mirador de camino permite apreciar a la distancia en la parte baja del conjunto arqueológico de Inti pata un sistemas de andenes de uso agrícola, la exquisitez de la vigencia de la ingeniería inca permitió que estas terrazas adaptadas a la morfología del terreno funcionen perfectamente con sus canales de agua desde hace más de 500 años; continuando el descenso por el empedrado camino para llegar al Wiñaywayna un conjunto ceremonial que presenta andenerías en la parte superior e inferior, construcciones de recintos incas ceremoniales divididas en dos parte. Rodeado por un muro de siete ventanas grandes dispuestas simétricamente con expresión de dualidad inca.
Aquí también se halla una zona de campamento con servicios higiénicos para el uso público donde cenaremos y pernoctaremos.